Morales y el Levante condenados a entenderse
Morales y el Levante son la mejor muestra de amor futbolístico que se conoce en los últimos tiempos. Dicen que el tiempo lo cura todo, pero justamente ese ha sido el problema el tiempo. Algo que ha acabado por enquistar la renovación del «Comandante». Quizás, que es el momento de ser inteligentes, tanto el club como el jugador. Ambos lo saben, se necesitan mutuamente.
Morales y el Levante, dos partes condenadas a entenderse
Por un lado, el club no puede perder a una de sus leyendas, a uno de los mejores jugadores de la historia del Levante. Sino el mejor en cuanto números. Es el máximo goleador y asistente del Levante en primera con
43 goles y 26 asistencias y además uno de los futbolistas con más partidos en la historia del club. El «11» es historia ya escrita del levantinismo y a sus 33, casi 34 años (julio de 1987), sabe que tiene y tendrá aquí su presente y futuro.
Quizás es hora de cumplir las promesas, de dejar el orgullo y la cabezonería atrás y cerrar este asunto rápidamente.
Basta ya de filtraciones innecesarias, donde se habla es en el campo y el capitán siempre lo hace y muy bien. No en baldé va camino de superar su mejor campaña goleadora, la 2018-19m cuando anotó 12 goles.
La pelota está ahora en el tejado del presidente y mucha gente está convencida de que esto llegará a buen puerto. Morales y el Levante tienen una historia de amor que no se debe de romper. El Comandante es uno de esos jugadores que hace día a día más grande a este club, y eso no se puede perder si el club quiere seguir
creciendo y demostrar que es una institución diferente al resto, con sus propios valores.
Como todo matrimonio, las discusiones, los roces ,lo bueno y lo malo está a la orden del día, pero siempre queda
el amor y de eso hay en ambas partes. Por favor, José y Quico, dejad de perder el tiempo por que os guste o no
sabéis que estáis condenados a entenderos.