Dragiša Binić, de descarte del Levante a campeón de la Copa de Europa
En el mundo del fútbol en general y en el Levante en particular, existen historias de lo más curiosas e inexplicables. Uno de los casos más extraños lo protagonizó un serbio (entonces yugoslavo) llamado Dragisa Binic llegado al club de Orriols en la temporada 1989-1990 con la vitola de buen goleador.
Efectivamente, Binic había marcado 13 goles en Yugoslavia en el Estrella Roja en la 87-88 lo que le valió para fichar por el Brest francés donde hizo 18 tantos la campaña siguiente. Fue entonces cuando fichó por el Levante, que militaba en Segunda División. Sin embargo, jugadores como Martín ‘Rambo’, Latapia y sobre todo Ramalho, fichado en el mercado invernal, le cerraron la puerta de la titularidad.
El atacante yugoslavo únicamente participó en 7 encuentros, 6 de ellos como titular, sin lograr anotar ningún gol. Una vez finalizada la temporada, en la que el Levante logró la permanencia en la categoría de plata, Binic regresó al Estrella Roja donde había destacado un par de años antes.
Es aquí donde llega lo curioso del asunto. En el conjunto de Belgrado Binic vuelve a mostrar su mejor versión y forma parte del mítico equipo integrado por Jugovic, Prosinecki, Pancev, Savicevic… que logra proclamarse campeón de Europa en la final disputada en Bari contra el Olympique de Marsella. Pero además, el ex jugador granota es titular en la final y es uno de los elegidos para lanzar un penalti en la tanda que decide el título (que por cierto marca). Ver para creer.
A partir de ahí, la carrera del atacante fue en declive. Fichó por el Slavia de Praga primero y después marchó a ligas más exóticas como la chipriota (APOEL) o la japonesa (Nagoya Grampus y Tosu Futures). Seguramente, el hecho de ocupar plaza de extranjero no le benefició en su etapa en el Levante, pero lo que está claro es que podía haber sido un jugador perfectamente válido alguna temporada más.