Paco López en el partido de pretemporada disputado en La Romareda de Zaragoza (Levante UD)
Fue el gran revulsivo de un Levante que navegaba a la deriva la pasada temporada. Paco López se hizo cargo de un equipo sin alma y sobre todo sumido en una profunda depresión al borde del precipicio de los puestos de descenso.
Se marchó Muñiz, que siempre podrá decir que con él no se entró en descenso, y llegó Paco que se encontraba peleando en Tercera División con el filial granota. Debutó con una agónica (y afortunada) victoria en Getafe, precisamente próximo rival del Levante, y a partir de ahí sorprendió a propios y extraños con una racha de juego y resultados que hicieron del conjunto granota el mejor de las últimas 11 jornadas en Primera División.
Pero la racha de ‘Pacolo’ no se quedó ahí. Comenzó la presente temporada y el Levante firmó un gran partido en un estadio tan complicado como el Benito Villamarín llevándose los tres puntos por un contundente 0-3. La afición se las prometía muy felices pero está más que demostrado que en este club cuando uno saca pecho se lo acaban hundiendo.
Derrota contra el Celta en casa, empate en el derby y tres derrotas consecutivas. Es ahí cuando algunas alarmas comenzaron a encenderse sobre todo por la imagen ofrecida en el partido contra el Sevilla (2-6) y en Valladolid (2-1).
Aunque Paco trató mantener la cordura haciendo ver que ni antes éramos el Brasil del 70 ni ahora lo peor de lo peor, en el ambiente comenzó a reinar cierta preocupación y pesimismo. Sin embargo el Levante realizó el pasado domingo uno de los mejores partidos de la temporada, quizás el mejor, y logró una merecida aunque corta victoria contra el Alavés por 2-1 que le permite tomar oxígeno. Además, el técnico de Silla hizo una pequeña «revolución» en el once inicial no solo en cuanto a nombres sino a la formación del equipo sobre el terreno de juego con 3 centrales permitiendo que los laterales tuvieran menos responsabilidad defensiva.
Con todo esto, los granotas siguen reclamando que el Levante de Paco López sea un equipo valiente y sin complejos, que vaya a por el rival desde el primer minuto sin importarle demasiado quien está enfrente pero sin locuras que conviertan al equipo y sus partidos en una auténtica ruleta rusa o un cara o cruz. En resumen, queremos un Levante con el sello de Paco López, no el de Paco Jémez.
